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May 6, 2020

En medio de la cuarentena

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito”...

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito” (Romanos 8:28). 

En el momento de escribir este artículo me hallo en una realidad muy diferente a la que yo esperaba encontrar en el año 2020. Al comenzar este año pensaba que la Iglesia Adventista estaría en plena actividad. La Unión del Lago estaba apoyando grandes planes de evangelismo en el estado de Indiana. Se habían planeado programas de entrenamiento laico, promoción de salud en la comunidad y grandes campañas evangelísticas en diferentes lugares en el estado de Indiana. Se esperaba también llevar a cabo la sesión quinquenal de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la ciudad de Indianápolis, Indiana. En ocasiones anteriores miles de adventistas de todo el mundo solían asistir. Todo esto estaba listo para ser implementado este año hasta que llegó lo inesperado – el coronavirus.  

¡Jamás había visto algo semejante —una tercera parte del mundo recluida en sus hogares debido a una pandemia! Dado a esta grave situación las autoridades restringieron la habilidad de salir de los hogares, impactando la ida al trabajo, las actividades escolares, y aún las reuniones en los templos. Al comienzo de esta nueva situación me sentía frustrado y desanimado, pues teníamos tantos planes en marcha para realizar la obra de Dios. Entonces, me hice la pregunta: “¿Por qué ha permitido Dios que todo esto ocurriera?” 

Recibí la respuesta a mi pregunta justo después del Congreso de Oración que fue el 6 y 7 de marzo, inmediatamente antes de que se nos ordenara permanecer en nuestros hogares. El objetivo de este congreso era pedir el bautismo del Espíritu Santo. De manera que los participantes pasamos mucho tiempo en oración unos con otros. Poco después de concluir el evento nos llegó la noticia de que todos los que habíamos participado en ese congreso debíamos permanecer en cuarentena por catorce días. Al concluir ese período comprendí que Dios había permitido que ocurriera esto teniendo en cuenta la promesa que se encuentra en Romanos 8:28, donde dice: “Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito”.   

¿Cuál ha sido el resultado positivo de esta situación actual? Debido a las cuarentenas y que la mayoría de la población permanece en sus hogares, las predicaciones de los pastores alcanzan por medio del internet a muchos más de los que asistirían al templo. A pesar de la distancia social que practicamos nos acercamos mucho más el uno a otro a través de los medios sociales. Las iglesias auspician días de ayuno y oración para pedir la dirección y la protección de Dios. Los pastores se acercan más a sus dirigentes de las asociaciones para solicitar apoyo y consejo. Además, se están dando campañas evangelísticas de manera virtual, cosa que favorece la formación de los grupos pequeños. 

Es mi opinión personal Dios ha permitido la necesidad de la cuarentena y el aislamiento en los hogares con el propósito de preparar nuestros corazones para recibir el Espíritu Santo y practicar el discipulado en forma muy personal. Que Dios nos siga acompañando y guiando para poder ser mejores discípulos de Cristo.