The prayer that produces a tremor. Photo: istock

January 4, 2021

La oración que produce un temblor

Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios (Hechos 4:31).

El libro Hechos de los Apóstoles me encanta porque nos enseña que a pesar de los muchos desafíos que existían en el tiempo la iglesia primitiva, ésta creció y se multiplicó. Por ejemplo, en los capítulos tres y cuatro del libro se relata la historia de lo que ocurrió cuando Pedro sanó a un paralítico en el templo. Pedro y Juan fueron arrestados inmediatamente y al día siguiente interrogados por los líderes religiosos del templo. La situación parece haber sido peligrosa para Pedro y Juan. Pero aun así ellos no contestaron con temor; más bien, respondieron diciendo que Jesús era la fuente de la salvación. Los líderes, al ver que no tenían una razón legal para arrestarlos, se limitaron a amenazarlos e instarlos a que no siguieran predicando acerca de Jesús, y los pusieron en libertad.

Lo que me maravilla de esta historia es la oración de los creyentes cuando oyeron el testimonio de estos discípulos. Al leer Hechos 4:23-31, uno se da cuenta de ciertos datos que indican cuán fervientes eran en sus oraciones. Notemos la manera en que oraron:

  • Estaban unánimes.
  • Oraban con alabanza.
  • Citaban de memoria su Palabra (Salmo 2:2).
  • Pedían valor para predicar.
  • Pedían que en el nombre de Jesús se hicieran sanidades y señales.

“Cuando terminaron de orar”, Dios respondió, hubo un temblor e inmediatamente todos fueron llenos del Espíritu Santo y pudieron predicar “con valentía la palabra de Dios”.

Un año extraordinario ha pasado ya a la historia y hemos comenzado uno nuevo. Para muchos de nosotros el año 2020 fue difícil. Por un tiempo fue necesario cerrar nuestros templos. Los pastores tuvieron que adaptarse a una nueva tecnología para poder continuar su ministerio. Personas que conocíamos y amábamos enfermaron, algunos inclusive fallecieron debido a la pandemia. Las finanzas fueron seriamente afectadas y nuestros hijos tuvieron que tomar clases virtuales. Además, en nuestro país se agudizó la división en asuntos políticos y raciales. Sin duda alguna, el año 2020 ha sido uno de muchos desafíos.

A pesar de las circunstancias difíciles por las cuales hemos tenido que pasar el año pasado, hay una nota muy positiva. Es ver a nuestro pueblo hispano uniéndose en oración. Ha sido muy alentador para mí ver a los hermanos llamándose y usando los medios sociales para mantenerse en contacto con Dios y con su prójimo. Muchos han aprovechado y usado el recurso “Nuestro Único Clamor” para orar por cuarenta días pidiendo el bautismo del Espíritu Santo.

Es mi deseo animar a nuestro pueblo hispano a que en este nuevo año nos comprometamos a orar aun más por un bautismo diario del Espíritu Santo. En base a lo que hemos visto y sentido no tengo duda de que las profecías del fin se están cumpliendo. Creo que éste es el momento en el cual debemos obtener la valentía que nos ofrece el Espíritu. Es mi oración que durante este año disfrutemos de una mayor consagración, y así podamos ver cómo hará Dios temblar la tierra con su poder.